miércoles, 26 de agosto de 2009

Viéndolos bailar

Raya Carver...

Las lecturas de los cuentos de Carver, producen una ligera sensación de apatía y desdicha. En sus relatos circulan personajes triviales, arruinados, marginales, destruidos; en quienes el peso de las relaciones afectivas desequilibradas, las carencias personales y traumas del pasado, los sumergen en un letargo anímico o exasperados ánimos hasta hacerlos estallar en sus polos opuestos: amor-odio, felicidad-tristeza, dolor-alegría, frialdad-pasión.
La imagen anterior suya, su vida insatisfecha; y sobre todo, la etapa última en la que el sosiego espiritual y mundano parecían haberlo atrapado en aquella fraternal conjunción amorosa que fue la compañía de Tess, vindican la sumatoria de una vida modelada por la producción literaria y los avatares del destino.
Cuando los veo, entristecido asumo que una de aquellas historias fue la suya…



Viéndolos bailar

A Raymond Carver y Tess Gallagher

Rodar las lágrimas
sobre el invierno
y tu parte cóndor barulla
su parte huachua
y ambos se miran
como va ascendiendo la ternura.
Tú estabas feliz
cómo no recordarlo
los dos en blanco y negro
y pensabas en esas aves
en el laxo infinito que reverbera
en su mirada
y sus manos cruzadas
y tus manos a punto de partir.
La lágrima por su puesto
la perdurable vibración
de tu alma sepultada
en las montañas, los ríos y las nubes;
quién podría olvidarte
auque te borren
nadie dudaría de tu muerte
aunque ella amándote y guardando
sus manos entrecruzadas
descendiendo las aves que solían
acercándose al cabello
volvería a amarte resucitado.
La huachua se posa llamada
a tu instante bajo el ala
tu recuerdo adorado
amar vuela.
Y ambos se miran
se sientes más vivos
allá donde nadie los ve
donde el ojo del cóndor
divisa las puntas de sus pies
sembradas en el cielo
sabiendo que caerá
la lluvia nívea
sobre las montañas plateadas
correrán los ríos
y nadie se habrá muerto.
Sólo el amor de ambos
en medio del cielo en el rayo.

domingo, 23 de agosto de 2009

Bye Ocean Blue

Océano azul

Nunca una canción me había gustado tanto como esta. Son los Ocean Blue, y este grupazo me parece total. Al oírlo uno se traslada a un ambiente “casi” bucólico, superior e inalcanzable; por ello resalto el valor irreal e idílico del adverbio casi como introducción a un mundo sonoro de matices metafóricos, plásticos y poéticos. Oír a Ocean es trasladar la serena melancolía del alma y el cuerpo a lugares recónditos en donde la imaginación e ilusión anhelan posarse.
Cuando aún era un variante adolescente, llegó hasta mis manos el disco Cerulean, y desde entonces jamás he dejado de escucharlos y quererlos.
La riqueza sonora y las sensaciones producidas por la música de esta banda de Hershey, Pennsylvania formada en el 86, son indescriptibles. Principalmente radican, según mi experiencia, en el traslado temporal de la memoria al pasado, a la historia transcurrida, a la tristeza de un momento ido, a los paisajes y lugares habitados y abandonados; me refiero a los añorados y grisáceos noventas.
En su venida a Lima, fueron aclamados. Ellos señalaron el profundo agrado e impresión que les produjo visitar este país, así como la mágica sensación que los abordó al viajar a la capital del imperio (Cusco-Machupicchu). No pude verlos, pero seguro fue fantástico.



No sé si volveré a sentir lo mismo respecto a una etapa del mundo y el tiempo, pero recordaré la triste hermosura de esta banda.

Bye Ocean Blue.

sábado, 8 de agosto de 2009

Mejor banda de rock en español

Virus

Definitivamente una de mis bandas favoritas de rock en español es Virus. Ni Soda Stereo, ni Jaguares, ni Leusemia, ni Lucybell, ninguna otra ha calado en mi gusto. Dicho gusto manejado por la lírica de las letras y el sonido exquisito de los componentes de la banda.
Las letras de virus son una invitación a la sensualidad y el deseo. Ellos surgieron en una época en la que el ritmo y el gozo sonoro manifestado en el baile desenfrenado estaba casi prohibido. Su contexto político (posterior a la dictadura de Videla) no les impidió lograr la lucidez necesaria para manifestar su alegría y arrebato ante la vida, constituyéndose como un grupo moderno influenciado por la new wabe y el post punk.
El resto de bandas bebieron de su cause. Sin ser subjetivo ni tampoco paramentrándome en la individualidad de los gustos, Virus es la mejor banda de rock en español que he oído, y la mejor de Latinoamérica, por su puesto.
Loa a Virus y a Fede Moura, un auténtico visionario del rock.

La trilogía del rock

En mi vida, ciertos aspectos, momentos y realidades de su variado discurrir me han interesado totalmente, la música es uno de ellos. Antes predicaba la total sumisión y ensimismamiento a una sola corriente musical o género. Ahora es todo lo contrario, no predico lo opuesto a mi gusto anterior, sólo de que no conviene realmente – no conviene de verdad- cerrarse en un solo género o en un único tipo de música, ya que la humanidad ha producido tanta y de la más variada calidad y tipología.




Es así como conocí a tres bandas que han venido a constituirse en el pilar de mi gusto musical en cuanto a rock se refiere: Cocteau Twins, The Ocean Blue y The Sundays. Cada una aparecida en momentos distintos, cuando alguna crisis existencial me tenía sumido a menos, cuando disfrutaba de la compañía de alguien o cuando fortalecía mi fe en mí y en el mundo.
El contacto con estas bandas produjo en mí sensaciones inimaginables antaño. Suelo definirlas como mis alucinadores primordiales, ya que siento y veo que la música de ilusión, vivencia y alucinación se trata.

Al oírlas voy proyectando mi ser, mis emociones y sentires. Una especie de etérea gravitación me envuelve y los sueños y ensueños que divagaban en mi subconsciente son realizados en la ficción de la mente, lo cual me gratifica. Lo mismo que el contenido de las letras dispone en mí, un panorama lingüístico y poético sólo comparado con los mejores libros, cuadros y poemarios que alguna vez vi y leí.
Agradezco la existencia de estas bandas y sólo invoco conocerlas.